sábado, 22 de diciembre de 2018

Nicolae Labis/Danza



DANZA

La niebla del otoño me abruma el alma…
y me deja un enjambre de hojas marchitas.
La danza triste del otoño la danzamos ahora,
su trágica embriaguez, su dulce vaivén…
Un violín negro se desangra frente a los espejos
Los pensamientos están muertos; los deseos, sometidos.
Si pudieras silenciosa traer los brazos
del viento de un tiempo que se fue.

Ojeras en mis párpados, pero en tus ojos, pureza.
Cuánta desesperanza guía nuestros pasos!
Como el viento que arranca las hojas en el bosque
Como el  viento que salta el quicio de la puerta…
Mañana cuando amanezca seremos dos extraños,
Mañana cuando amanezca verás surgir
La desmadejada niebla silenciosa
Entre los arbustos desnudos del  jardín…
Y  permanecerás callada, como lo estuve yo,
cuando en otoño se desvaneció el amor,
y no dejarás nunca de escuchar el soplo del viento
que se lleva las nubes al horizonte.
Yo tomaré la senda de los castaños enrojecidos,
los labios sellados por el frío,
y cuando se extinga mi marcha cadenciosa-
y en la arena guardarán silencio, los remordimientos…

Nicolae Labis (1935-1956)

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